Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los hospitales  son establecimientos para el control y cuidado de la salud humana, cualquiera que sea su nivel de complejidad y que, en caso de desastres deben seguir prestando servicios con toda su capacidad, por ser esencial para la atención de víctimas.

En el Perú hay varios hospitales y clínicas con sus estructuras resistentes vulnerables.  Que se sepa casi ningún hospital tiene protegido sus elementos no estructurales y contenidos.  Los hospitales y sus elementos no estructurales están desprotegidos, por la precariedad en que se encuentran instalados.

De acuerdo a la Política de Estado 32da, Gestión del Riesgo de Desastres, los responsables del manejo de hospitales públicos y clínicas privadas, deben asegurar que su establecimiento, aunque ocurra un fenómeno natural muy intenso, funcione a plena capacidad.

En el terremoto de México de 1985, en la zona del Lago de Ciudad de México, colapsaron cerca de 3,000 edificaciones de concreto armado y acero.  Entre ellos los más importantes hospitales de la República Mexicana, y se perdieron 5,890 camas de hospitalización, cuando eran urgentemente necesitadas. La Organización Panamericana de la Salud OPS, es la entidad regional de OMS, que actúa proactivamente tratando de reducir el número de víctimas y heridos en la América Latina y El Caribe, antes que el desastre ocurra.

 En Chile, 2010, se dañaron sesenta hospitales y las pérdidas fueron de US$ 2,773 millones. Las pérdidas totales fueron de US$ 30,000 millones y el 70% se debieron a daños en elementos no estructurales. Después del desastre se necesitaron unos 10 hospitales de campaña de países amigos, para atender a los damnificados.